El Parma de los 90, legado de Ernesto Ceserini



El Parma 1998/99, uno de los mejores equipos de su tiempo
El Parma 1998/99, uno de los mejores equipos de su tiempo

La ciudad de Parma está situada entre Milán y Bologna, muy próxima a la cuenca del Po. A finales de la década de los 80, no contaba el censo local más allá de 200.000 habitantes. Sus mayores reclamos pasaban por ser el queso y la vieja universidad. Sin embargo, su equipo de fútbol conseguiría, gracias al trabajo de Ernesto Ceserini, hacerla mundialmente conocida en los años sucesivos. La localidad adquirió entre 1989 y 2004 un peso desproporcionado en el mapa futbolístico italiano y europeo; una historia con muchas similitudes a las que habían transcurrido en Nottingham o Mönchengladbach años atrás, o a la que se viviría de forma simultánea en A Coruña.

Ascenso a la Serie A

El Parma divagaba por la Serie C cuando, en 1976, llega a la presidencia Ernesto Ceserini, prohombre y directivo que más grato recuerdo dejó en la afición parmiggiana. El actual museo del club lleva su nombre en homenaje a los muchos años que trabajó para dejar a la entidad, justo antes de su repentino fallecimiento, a las puertas de un futuro brillante.

Formación del Parma AC en los años 1970
Formación del Parma AC en los años 1970

Ernesto Ceserini incorpora a Arrigo Sacchi

Los primeros años con Ceserini al mando son complicados; se consiguen ascensos a la Serie B que se alternan con nuevos descensos y actuaciones discretas en copa. Pero mediada la década de los 80, aterriza un joven Arrigo Sacchi en el banquillo de los gialloblu. Bajo su dirección técnica, el club de la Emilia-Romagna consigue hacerse un hueco entre los mejores de la segunda división, apostando por un bloque de jóvenes jugadores nacionales donde ya están, por ejemplo, Alessandro Melli, Luca Bucci o Davide Fontolan.

Nevio Scala
Nevio Scala

Se va Sacchi y llega Nevio Scala

En 1987, Sacchi pone rumbo al AC Milan de Silvio Berlusconi, íntimo amigo del talonario y que en ese momento construía un equipo a capricho. Allí conseguiría hacer historia en las siguientes temporadas. El hueco dejado por el técnico es importante, pero el Parma conseguirá levantarse del golpe gracias a una importante inyección de capital y al acierto en la elección del sustituto: Nevio Scala.

Parmalat se convierte en sponsor

Los gialloblu alcanzan un acuerdo de patrocinio por parte del gigante Parmalat. El grupo lácteo es puntero a nivel mundial y tiene sede en la ciudad. Su aportación económica acabará resultando clave para los intereses deportivos del club. Corre el verano de 1989 cuando Nevio Scala aterriza en la ciudad, pero no lo hace solo. Consigo llegan Maurizio Ganz, que sólo estará una campaña, Daniele Zoratto y Gianluigi Apolloni, que sí hará carrera en el club.

Muere Ernesto Ceserini y llega la familia Tanzi

Esa misma temporada se consigue la tan ansiada promoción a la Serie A, aunque por desgracia, será también la del deceso del presidente Ceserini. Tras un breve lapso de tiempo en el que su hijo Fulvio asume el cargo, la familia Tanzi —propietaria de Parmalat— acuerda la compra del 98% del club.

Grün, Taffarel y Brölin
Grün, Taffarel y Brölin

Con Brölin, Grün y Taffarel llegan los primeros títulos

Con un porderoso grupo corporativo que insufla capital, y dado que ahora el equipo forma parte de la élite nacional, llegan fichajes de renombre. Las nuevas caras son el guardameta Taffarel, el defensa Georges Grün y el eléctrico Thomas Brölin, todos ellos mundialistas ese mismo verano en Italia '90. El Parma consigue quedar sexto en su primera temporada en la máxima categoría, y repite puesto el año siguente. Pero lo más importante es que, en esta segundo año en la Serie A, consigue obtener su primer título: la Coppa. Tras el éxito, en el verano del 92 llega Antonio Benarrivo, un lateral de gran calidad técnica que se quedará 13 temporadas en el club y erigiéndose un icono para la afición.

Asprilla, el delantero de referencia

También se acomete un fichaje que se antojaba necesario para la explosión del equipo en los metros finales: un punta de garantías. El elegido es Faustino Asprilla, un killer sudamericano que prodece del Atlético Nacional. Los número del Tino en liga no son escandalosos, si bien realiza un buen papel en competiciones internacionales, llevando al equipo a ganar la Recopa de Europa de 1993. El conjunto dirigido por Nevio Scala funciona como un reloj, y posee un gran cartel merced al recién conseguido título de Recopa. Le seguirán la Supercopa europea en 1994 y la Copa de la UEFA en 1995.

Brölin celebra la Recopa de 1993
Brölin celebra la Recopa de 1993

Nueva generación de jugadores italianos


Para entonces, ya se habían marchado Grün, Brölin y Taffarel —los dos últimos volverán años más tarde, en el ocaso de sus carreras—, pero llegan nuevas y flamantes incorporaciones para sustituirlos. Por el estadio Enio Tardini desfilarán los Gianluiggi Buffon, Fernando Couto, Fabio Cannavaro, Roberto Sensini, Gianfranco Zola o Dino Baggio.


El estadio Enio Tardini, de la localidad de Parma
El estadio Enio Tardini, en la localidad de Parma

 Stoitchkov, Inzaghi & Ancelotti


Además, aunque sólo por una temporada, aterrizan Filippo Inzaghi y Hristo Stoitchkov, fichado al Barcelona y habiendo recibido un Balón de Oro una temporada antes. Durante tres de temporadas, en las que Nevio Scala deja su cargo en favor de un joven Carlo Ancelotti, no se consiguen títulos, y lo más reseñable es el subcampeonato de Serie A obtenido en el 97.

La UEFA del 99: el equipo toca techo


También la llegada de nuevos talentos como Hernán Crespo, Lilian Thuram o Enrico Chiesa, la 'bruja' Verón, Diego Fuser o Abel Balbo. En 1999, el club alza su segunda Copa de la UEFA y, al fin, la Supercopa italiana un año más tarde.

Un joven Fabio Cannavaro levanta con sus compañeros la Copa de la UEFA
Un joven Fabio Cannavaro levanta con sus compañeros la Copa de la UEFA

Último título y desintegración de la plantilla

En 2002, el Parma levantará el que será su último trofeo hasta la fecha: la Coppa Italia. Para entonces ya no estarán Buffon, Dino Baggio, Crespo o Zola. Ellos y otros son vendidos para ir paliando las crecientes dificultades económicas que acuciaban a la entidad. Parmalat llevaba años acusando pérdidas y la necesidad de liquidez hacía mella en el seno del club. Johan Micoud, Matías Almeyda, Hakan Şükür, Marco Di Vaio o Hidetoshi Nakata son, junto a Benarrivo y Cannavaro, los nombres más destacables de la última plantilla histórica del club.

Declive y desaparición

El escándalo financiero de Parmalat, a finales de 2003, sepultará las ya escasas opciones de un club que jugó a codearse, durante algo más de una década, con los más grandes clubes del continente, y por el que pasaron nombres tan ilustres que harán de la comparación con cualquier plantilla posterior un motivo para la nostalgia. Los azares de la vida impidieron, curiosamente, que de todo ello hubiese disfrutado la persona con quien empezó todo: Ernesto Ceserini.