Hubo un tiempo en el que la historia merengue se escribía en ciclos de diez años. Una generación de jugadores llegaba o se formaba en el club en la primera mitad de la década, y vivía sus glorias en la segunda mitad de la misma.
Eso hasta que el ciclo terminaba y, en los albores del nuevo decenio, tomaba el relevo el siguiente grupo de futbolistas, con la particularidad de que siempre existía una figura que concatenaba ambas generaciones, viviendo los éxitos -y fracasos- del primer ciclo siendo joven y del siguiente ya como veterano.
Con permiso del Madrid de las ligas de pre-guerra -aquel de Zamora, Lazcano, Regueiro, Ciriaco o Quincoces-, la primera gran generación madridista fue la que dominó europa desde 1956 a 1960, ganando las primeras cinco ediciones de la Copa Europea de Clubes Campeones -ese era el nombre- de forma consecutiva.
El año 1953 es una fecha clave para la entidad, pues aterrizan en el club dos jugadores absolutamente determinantes para el devenir merengue. El primero, un fichaje internacional con vitola de estrella: Di Stéfano, un astro argentino procedente de la cantera del mejor River Plate que se ha visto y que deslumbró a la parroquia madrileña jugando en el Millonarios de Colombia. El segundo, un chaval de aldea venido desde el norte; no contaba más de 19 años de edad Paco Gento cuando el Madrid se lo arrebató al Real Racing Club.
Ambos futbolistas hacen funcionar al equipo a las mil maravillas con sus carreras, pases, gambetas y goles, ejerciendo de líderes -especialmente Di Stéfano- en un conjunto en el que también están Marquitos, Lesmes, Rial, Miguel Muñoz o Luis Molowny. Poco más tarde se unirán a la plantilla blanca dos nuevas figuras de dimensión histórica: Ferenc Puskás y Raymond Kopa.
Tras haber dominado el panorama nacional e internacional durante varios años, con la consecución de las cinco copas y un rosario de torneos domésticos, el equipo comienza a estar envejecido entrada la nueva década y, poco a poco, las figuras del decenio pasado se marchan o se retiran.
Paco Gento es el jugador que sobrevive a la regeneración de los sesenta, y se convierte en el capitán y veterano del nuevo grupo, donde destacan Amancio -como figura-, Pirri, Grosso, Sanchís, Zoco, Velázquez o De Felipe.
Se trata del Madrid Ye-yé, que reverdece viejos laureles al conquistar la Copa de Europa en 1966 ante el Partizan, y disputa dos finales más del mismo torneo, además de otra final de Recopa. Son los años de Miguel Muñoz como técnico del club.
Estos futbolistas son recordados en gran medida por haber conseguido ocho de diez ligas posibles y por alcanzar el éxito continental con un grupo formado únicamente por españoles, algunos de los cuales, como Zoco o Amancio también son responsables en buena parte de la consecución de la primera Eurocopa que gana la selección española en 1964.
Llegan los años 70, y con ellos la despedida de Paco Gento tras 18 años de trayectoria en el club y múltiples éxitos, entre ellos el récord absoluto de títulos de Copa de Europa (6), aún no batido. También se van o se retiran el resto de jugadores de referencia, a excepción de Pirri que, en este caso, ejerce de jugador-eslabón con la nueva hornada.
El ceutí seguirá siendo la referencia en la defensa y el capitán, y será en los comienzos de la nueva década cuando se unan al club nuevos referentes como Santillana, Camacho, Del Bosque o Juanito. A diferencia de la anterior generación, en el Madrid de los 70 vuelven a integrarse notables jugadores extranjeros; la mayoría alemanes, como Netzer, Breitner o Stielike.
Este grupo consigue entre 1974 y 1982, a las órdenes como Molowny o Boškov, cinco ligas y cuatro copas, aunque se les resisten los títulos continentales, donde sólo se alcanza el subcampeonato en Copa de Europa ante el Liverpool y en Recopa ante el Aberdeen, con la mayoría de jugadores ya en declive.
El jugador que sobrevivirá a la nueva década no es otro que Camacho. Alrededor del de Cieza, se vuelve a formar un gran grupo de jugadores españoles, como en los sesenta, pero esta vez salidos de la cantera. En los primeros años de la década suben al primer equipo jugadores como Chendo o Gallego.
Sin embargo, será el grupo conocido como La Quinta del Buitre el conjunto de jugadores más destacados, con nombres como Míchel, Sanchís, Pardeza, Martín Vázquez y el propio Butragueño, además de algún fichaje latinoamericano, como Jorge Valdano o Hugo Sánchez.
Todos ellos consiguen sumar dos títulos de Copa de la UEFA a las cinco ligas ganadas consecutivamente en la segunda mitad de la década, desde 1986 a 1990. Forman el grueso de la selección nacional junto a la hornada vasca del Barcelona, y son protagonistas en los mundiales de 1986 y 1990.
A principios de los años 90, la generación entra en declive por su avanzada edad y porque emergen nuevos talentos de la casa -como Guti o Raúl-, nacionales como Cañizares o Hierro y extranjeros como Redondo, Seedorf, Roberto Carlos, Suker o Mijatovic.
Sanchís es el único jugador que permanece desde los primeros ochenta hasta el año 2001, ejerciendo de capitán en los nuevos éxitos de finales de la década, cuando se consigue en 1998 la ansiada séptima Liga de Campeones, a la que seguirán las de los años 2000 y 2002.
Retirado ya Sanchís, es Raúl González el jugador que sobrevive de los noventa, y en torno al cual orbitará el proyecto de la nueva década de 2000: el Madrid de Los Galácticos. Esta camada de futbolistas, a diferencia de las demás, estaba constituida en su mayoría por jugadores foráneos, y aparte de Raúl y Guti, habitual suplente, sólo algunos jugadores defensivos son nacionales, como Casillas, Helguera, Salgado, o un joven Sergio Ramos.
El peso creativo recae siempre en figuras fichadas a base de talonario a otros grandes clubes continentales, como Zidane, Figo, Van Nistelrooy, o Beckam. El inglés, dicho sea de paso, fue de los pocos venidos Inglaterra que dieron la talla, aunque también estuvieron McManaman, Southgate o Michael Owen. También hubo sonados fracasos como el de Robinho o el de Cassano, y aciertos que no supieron valorarse, como el de Higuaín.
Entorno al año 2010, el proyecto sucumbe a la edad de sus figuras -las que funcionaron- y a la superioridad, tanto en la liga como en Europa, de un Barcelona con un proyecto bien armado con jugadores de cantera y una filosofía de fútbol de toque que revolucionará el panorama internacional.
Las salidas de Guti y Raúl, junto a la de Casillas más tarde, harán que el nuevo proyecto para la década del 2010 tenga en Sergio Ramos a su nuevo estandarte, ahora ya como veterano. Las llegadas de Cristiano Ronaldo, Benzemá, Modric, Kroos, Bale o Varane cuajaron, y el club volvió a la senda de la victoria, conquistando tres nuevas Ligas de Campeones en 2014, 2016 y 2017.
Eso hasta que el ciclo terminaba y, en los albores del nuevo decenio, tomaba el relevo el siguiente grupo de futbolistas, con la particularidad de que siempre existía una figura que concatenaba ambas generaciones, viviendo los éxitos -y fracasos- del primer ciclo siendo joven y del siguiente ya como veterano.
El Madrid de las Cinco Copas
Con permiso del Madrid de las ligas de pre-guerra -aquel de Zamora, Lazcano, Regueiro, Ciriaco o Quincoces-, la primera gran generación madridista fue la que dominó europa desde 1956 a 1960, ganando las primeras cinco ediciones de la Copa Europea de Clubes Campeones -ese era el nombre- de forma consecutiva.
El Madrid de las cinco copas |
El año 1953 es una fecha clave para la entidad, pues aterrizan en el club dos jugadores absolutamente determinantes para el devenir merengue. El primero, un fichaje internacional con vitola de estrella: Di Stéfano, un astro argentino procedente de la cantera del mejor River Plate que se ha visto y que deslumbró a la parroquia madrileña jugando en el Millonarios de Colombia. El segundo, un chaval de aldea venido desde el norte; no contaba más de 19 años de edad Paco Gento cuando el Madrid se lo arrebató al Real Racing Club.
Ambos futbolistas hacen funcionar al equipo a las mil maravillas con sus carreras, pases, gambetas y goles, ejerciendo de líderes -especialmente Di Stéfano- en un conjunto en el que también están Marquitos, Lesmes, Rial, Miguel Muñoz o Luis Molowny. Poco más tarde se unirán a la plantilla blanca dos nuevas figuras de dimensión histórica: Ferenc Puskás y Raymond Kopa.
Se queda Gento y nace el Madrid Ye-yé
Tras haber dominado el panorama nacional e internacional durante varios años, con la consecución de las cinco copas y un rosario de torneos domésticos, el equipo comienza a estar envejecido entrada la nueva década y, poco a poco, las figuras del decenio pasado se marchan o se retiran.
Paco Gento es el jugador que sobrevive a la regeneración de los sesenta, y se convierte en el capitán y veterano del nuevo grupo, donde destacan Amancio -como figura-, Pirri, Grosso, Sanchís, Zoco, Velázquez o De Felipe.
Se trata del Madrid Ye-yé, que reverdece viejos laureles al conquistar la Copa de Europa en 1966 ante el Partizan, y disputa dos finales más del mismo torneo, además de otra final de Recopa. Son los años de Miguel Muñoz como técnico del club.
El Madrid Ye-yé |
Estos futbolistas son recordados en gran medida por haber conseguido ocho de diez ligas posibles y por alcanzar el éxito continental con un grupo formado únicamente por españoles, algunos de los cuales, como Zoco o Amancio también son responsables en buena parte de la consecución de la primera Eurocopa que gana la selección española en 1964.
Pirri se convierte en capitán del Madrid de los 70
Llegan los años 70, y con ellos la despedida de Paco Gento tras 18 años de trayectoria en el club y múltiples éxitos, entre ellos el récord absoluto de títulos de Copa de Europa (6), aún no batido. También se van o se retiran el resto de jugadores de referencia, a excepción de Pirri que, en este caso, ejerce de jugador-eslabón con la nueva hornada.
El Madrid de los 70 |
El ceutí seguirá siendo la referencia en la defensa y el capitán, y será en los comienzos de la nueva década cuando se unan al club nuevos referentes como Santillana, Camacho, Del Bosque o Juanito. A diferencia de la anterior generación, en el Madrid de los 70 vuelven a integrarse notables jugadores extranjeros; la mayoría alemanes, como Netzer, Breitner o Stielike.
Este grupo consigue entre 1974 y 1982, a las órdenes como Molowny o Boškov, cinco ligas y cuatro copas, aunque se les resisten los títulos continentales, donde sólo se alcanza el subcampeonato en Copa de Europa ante el Liverpool y en Recopa ante el Aberdeen, con la mayoría de jugadores ya en declive.
Se queda Camacho y nace la Quinta del Buitre
El jugador que sobrevivirá a la nueva década no es otro que Camacho. Alrededor del de Cieza, se vuelve a formar un gran grupo de jugadores españoles, como en los sesenta, pero esta vez salidos de la cantera. En los primeros años de la década suben al primer equipo jugadores como Chendo o Gallego.
Sin embargo, será el grupo conocido como La Quinta del Buitre el conjunto de jugadores más destacados, con nombres como Míchel, Sanchís, Pardeza, Martín Vázquez y el propio Butragueño, además de algún fichaje latinoamericano, como Jorge Valdano o Hugo Sánchez.
Quinta del Buitre |
Todos ellos consiguen sumar dos títulos de Copa de la UEFA a las cinco ligas ganadas consecutivamente en la segunda mitad de la década, desde 1986 a 1990. Forman el grueso de la selección nacional junto a la hornada vasca del Barcelona, y son protagonistas en los mundiales de 1986 y 1990.
Sanchís será el que levante la Séptima en el 98
A principios de los años 90, la generación entra en declive por su avanzada edad y porque emergen nuevos talentos de la casa -como Guti o Raúl-, nacionales como Cañizares o Hierro y extranjeros como Redondo, Seedorf, Roberto Carlos, Suker o Mijatovic.
Sanchís es el único jugador que permanece desde los primeros ochenta hasta el año 2001, ejerciendo de capitán en los nuevos éxitos de finales de la década, cuando se consigue en 1998 la ansiada séptima Liga de Campeones, a la que seguirán las de los años 2000 y 2002.
El Madrid de la Séptima |
Raúl es el capitán del Madrid de los Galácticos
Retirado ya Sanchís, es Raúl González el jugador que sobrevive de los noventa, y en torno al cual orbitará el proyecto de la nueva década de 2000: el Madrid de Los Galácticos. Esta camada de futbolistas, a diferencia de las demás, estaba constituida en su mayoría por jugadores foráneos, y aparte de Raúl y Guti, habitual suplente, sólo algunos jugadores defensivos son nacionales, como Casillas, Helguera, Salgado, o un joven Sergio Ramos.
El peso creativo recae siempre en figuras fichadas a base de talonario a otros grandes clubes continentales, como Zidane, Figo, Van Nistelrooy, o Beckam. El inglés, dicho sea de paso, fue de los pocos venidos Inglaterra que dieron la talla, aunque también estuvieron McManaman, Southgate o Michael Owen. También hubo sonados fracasos como el de Robinho o el de Cassano, y aciertos que no supieron valorarse, como el de Higuaín.
Los Galácticos |
Ramos, eslabón entre galácticos y el Madrid de Zidane
Entorno al año 2010, el proyecto sucumbe a la edad de sus figuras -las que funcionaron- y a la superioridad, tanto en la liga como en Europa, de un Barcelona con un proyecto bien armado con jugadores de cantera y una filosofía de fútbol de toque que revolucionará el panorama internacional.
Las salidas de Guti y Raúl, junto a la de Casillas más tarde, harán que el nuevo proyecto para la década del 2010 tenga en Sergio Ramos a su nuevo estandarte, ahora ya como veterano. Las llegadas de Cristiano Ronaldo, Benzemá, Modric, Kroos, Bale o Varane cuajaron, y el club volvió a la senda de la victoria, conquistando tres nuevas Ligas de Campeones en 2014, 2016 y 2017.
El Madrid de Zidane |