Cuenta la leyenda que Robin Hood, un hábil arquero fuera de la ley, se refugiaba en los bosques de Sherwood, próximos a la localidad de Nottingham.
Allí forjó su fama como héroe popular en la baja Edad Media a base de robar a los ricos (el truculento Sheriff de la ciudad y el príncipe Juan Sin Tierra) para repartir su botín entre las clases más pobres.
Salvando las distancias con el folclore británico, existió durante el siglo XX en Nottingham un personaje —real como la vida misma— que emuló tales gestas en el terreno futbolístico.
Estamos hablando de Brian Clough, el polémico entrenador que llevó al equipo local, el Forest, a la conquista del campeonato inglés y de dos Copas de Europa consecutivas a finales de la década de los 70.
Había sido jugador en el Middlesbrough alcanzando cierta notoriedad a finales de los 50 y principios de los 60.
Consumado goleador, tras varias temporadas en el club de su ciudad y el de la vecina Sunderland, alcanzó incluso la internacionalidad con los Pross. Pero una lesión de ligamento cruzado le obligó a retirarse prematuramente antes de cumplir los 30.
Fue ahí cuando comenzó una fulgurante carrera como técnico, que lo llevaría a él y al conjunto del East Midlands, el Forest, a las cotas más altas del fútbol continental.
Tras entrenar al Hartlepools en sus comienzos, ficha por el Derby County, donde pasó 6 temporadas en las que hizo al equipo ascender a primera tras liderar la Second Division y ser campeón de Inglaterra tan sólo tres años después, en 1972.
Clough, era un entrenador de fuerte carácter y métodos discutidos. Acreedor de una lengua viperina y un humor más ácido que el napalm.
Sus airadas declaraciones fueron deteriorando su relación con jugadores, hinchada y directiva en Derby.
Asimismo, su breve paso posterior por Brighton y Leeds no fue un camino de rosas. Finalmente, decide firmar por el Forest, un segunda, en el verano de 1975.
Pese a su carácter endiablado, lo que sí consiguió Clough fue tener el férreo apoyo de su siempre segundo de a bordo, Peter Taylor.
Y la fidelidad de varios jugadores que durante su carrera deportiva lo siguieron allá a donde fue, como los escoceses John McGovern, Archie Gemmill o John O'Hare.
Esto, unido a cierta capacidad persuasiva para firmar a jugadores como el meta Peter Shilton, al que seguía desde hacía tiempo, y al talento para descubrir nuevas y desconocidas perlas.
Hablamos de Ian Bowyer, John Robertson o Garry Birtles, al que firmó por una suma ridícula y exportó más tarde al United por una buena suma de dinero.
Clough consigue el ascenso para el Forest en la temporada 76/77. En su primera campaña en la élite con los de Nottinghamshire, lejos de pelear por la permanencia, consigue ganar un doblete.
Se alza con la Copa de la Liga ante el todopoderoso Liverpool, campeón inglés y europeo en los dos años anteriores, y la First Division —dejando a los reds a siete puntos de distancia—.
Los de la capital del Mersey eran el conjunto a batir en Inglaterra y en Europa. Pero el Forest tiene un bloque de jugadores ingleses y escoceses perfectamente conjuntado.
El de Clough es un equipo riguroso en lo táctico: no concede demasiado en defensa y saca petróleo de sus acciones en ataque, muy a menudo a base de balones largos.
Se convirtieron en la gran revolución del fútbol británico por conseguir, con pocos recursos y aún menos licencias a la galería, codearse con el entonces mejor equipo del mundo.
El título de campeón le vale a Clough para convencer a un joven talento como Trevor Francis, que jugaba en el Birmingham City, y unirlo a su proyecto.
Su pase fue el primero en el Reino Unido en alcanzar la cifra de un millón de libras esterlinas, aunque Clough solía decir que habían sido 999,999, para quitar de alguna forma presión a su nuevo jugador.
El futbolista de Plymouth cumple a la perfección en la mediapunta y en el costado derecho del ataque de los Tricky Trees.
Cuando Kevin Keegan deja el Liverpool y se marcha al Hamburgo, Francis se convierte, probablemente, en el jugador más en forma de la liga junto a Kenny Dalglish.
En el ejercicio 1978/79, Clough revalida el título en League Cup y está a punto de conseguirlo también en liga, quedando segundo solo por detrás del Pool. Sin embargo, lo más sobresaliente de la temporada llegaría en la disputa de su primera Copa de Europa.
Los caprichos del destino hacen que acaben emparejados en primera ronda con el Liverpool, presente como vigente campeón, al que derrotan por un global de 2 goles a cero.
El resto de los encuadres son benévolos con el Forest, que elimina con solvencia al AEK y al Grasshopper —sorprendente verdugo del Real Madrid— antes de llegar a semifinales.
Allí se encuentran a uno de los rivales más duros: el Colonia. Además de los internacionales Dieter Müller y Toni Schumacher a la cabeza, cuentan con dos jóvenes talentos: Pierre Littbarski y Bernd Schuster.
Los teutones fuerzan un 3-3 en la ida, y son derrotados por la mínima en la vuelta, no sin antes generar muchos problemas al conjunto inglés.
Conseguido el pase a la final, el último escollo de Clough es el Malmö, equipo menos goleado del campeonato. La final se disputa el 30 de Mayo en el Olímpico de Munich ante casi 60.000 almas.
El partido, trabado y defensivo donde los haya, lo resuelve Trevor Francis con un solitario gol en el '45. El Forest es el nuevo rey de Europa, y la menuda ciudad de Nottingham escribe su nombre con letras doradas en la historia del fútbol continental.
Brian Clough consigue mantener su bloque de cara a la siguiente temporada, a excepción de Gemmill, que se marcha al Birmingham City. El club consigue la Supercopa de Europa, aunque el rendimiento se diluye en liga, donde se consigue el 5º puesto.
Pero de nuevo, y ante la sorpresa generalizada, el Forest consigue lo inimaginable en la máxima competición continental. Se deshace fácilmente de Östers, Argeş Piteşti, Dinamo Berlin y un Ajax en plena transición, sin Cruyff ni el resto de sus figuras.
En la final esperaba un rival mucho más complejo: el Hamburger SV, campeón de la RFA y que cuenta con figuras como Felix Magath, Manfred Kaltz o Kevin Keegan, reciente ganador de su segundo Balón de Oro. El planteamiento de Clough y su Forest es el mismo de siempre, y consiguen llevarse de nuevo el gato al agua, derrotando por 1-0 a los teutones en el Bernabéu.
La gesta de Clough al repetir título europeo había estado únicamente al alcance de Real Madrid, Benfica, Inter, Ajax y Bayern Munich, pero alcanzaba otra dimensión en los anales de la historia futbolística, pues nunca antes un equipo de ciudad y palmarés menores se hacía con sendas Copas de Europa consecutivamente.
En los años sucesivos, el plantel del Nottingham Forest se fue poco a poco desmembrando. Sus jugadores clave se embarcaron en otros proyectos o pusieron punto final a su carrera en la élite. Clough, no obstante, consiguió mantener al club a cierto nivel dentro del panorama futbolístico nacional con incorporaciones de la talla de Chris Fairclough, John Metgod, Hans van Breukelen, Stuart Pearce, Teddy Sheringham o Roy Keane. El club consiguió ganar dos nuevas copas domésticas —1989 y 90— y mantenerse en la parte alta de la clasificación liguera durante doce años más.
Llegado 1993, entran en declive tanto el equipo como Brian Clough, que arrastraba un fuerte alcoholismo desde hacía tiempo. El club desciende a segunda y el técnico decide retirarse tras 18 años al frente del club de Nottingham. Dejaba grandes recuerdos en una ciudad que le estará eternamente agradecida por haberla colocado en el mapa de la élite futbolística del continente, a la que nunca más volvió tras aquella época dorada.
Brian Clough falleció en 2004 y en su memoria, el Forest puso su nombre a la grada principal del City's Ground, su estadio. Múltiples homenajes se sucedieron en los años posteriores a su muerte, y fueron construidas estatuas en Derby, Nottingham y su Middlesbrough natal. Además, la carretera que une las dos primeras, pasó a denominarse la Brian Clough's Way. Justos honores para un técnico inigualable en prácticamente todo lo que hizo, tal como él mismo aseguró: "No diría que fui el mejor entrenador, pero estaba dentro del top 1".
Allí forjó su fama como héroe popular en la baja Edad Media a base de robar a los ricos (el truculento Sheriff de la ciudad y el príncipe Juan Sin Tierra) para repartir su botín entre las clases más pobres.
Salvando las distancias con el folclore británico, existió durante el siglo XX en Nottingham un personaje —real como la vida misma— que emuló tales gestas en el terreno futbolístico.
Estamos hablando de Brian Clough, el polémico entrenador que llevó al equipo local, el Forest, a la conquista del campeonato inglés y de dos Copas de Europa consecutivas a finales de la década de los 70.
El Brian Clough futbolista
Había sido jugador en el Middlesbrough alcanzando cierta notoriedad a finales de los 50 y principios de los 60.
Consumado goleador, tras varias temporadas en el club de su ciudad y el de la vecina Sunderland, alcanzó incluso la internacionalidad con los Pross. Pero una lesión de ligamento cruzado le obligó a retirarse prematuramente antes de cumplir los 30.
Fue ahí cuando comenzó una fulgurante carrera como técnico, que lo llevaría a él y al conjunto del East Midlands, el Forest, a las cotas más altas del fútbol continental.
Los éxitos con el Derby County
Tras entrenar al Hartlepools en sus comienzos, ficha por el Derby County, donde pasó 6 temporadas en las que hizo al equipo ascender a primera tras liderar la Second Division y ser campeón de Inglaterra tan sólo tres años después, en 1972.
Clough, era un entrenador de fuerte carácter y métodos discutidos. Acreedor de una lengua viperina y un humor más ácido que el napalm.
Sus airadas declaraciones fueron deteriorando su relación con jugadores, hinchada y directiva en Derby.
Asimismo, su breve paso posterior por Brighton y Leeds no fue un camino de rosas. Finalmente, decide firmar por el Forest, un segunda, en el verano de 1975.
Llega al Nottingham Forest con su gente de confianza
Pese a su carácter endiablado, lo que sí consiguió Clough fue tener el férreo apoyo de su siempre segundo de a bordo, Peter Taylor.
Y la fidelidad de varios jugadores que durante su carrera deportiva lo siguieron allá a donde fue, como los escoceses John McGovern, Archie Gemmill o John O'Hare.
Ficha y descubre a nuevos futolistas para el proyecto
Esto, unido a cierta capacidad persuasiva para firmar a jugadores como el meta Peter Shilton, al que seguía desde hacía tiempo, y al talento para descubrir nuevas y desconocidas perlas.
Hablamos de Ian Bowyer, John Robertson o Garry Birtles, al que firmó por una suma ridícula y exportó más tarde al United por una buena suma de dinero.
Ascenso el primer año y doblete el segundo
Clough consigue el ascenso para el Forest en la temporada 76/77. En su primera campaña en la élite con los de Nottinghamshire, lejos de pelear por la permanencia, consigue ganar un doblete.
Se alza con la Copa de la Liga ante el todopoderoso Liverpool, campeón inglés y europeo en los dos años anteriores, y la First Division —dejando a los reds a siete puntos de distancia—.
Los de la capital del Mersey eran el conjunto a batir en Inglaterra y en Europa. Pero el Forest tiene un bloque de jugadores ingleses y escoceses perfectamente conjuntado.
Férreo esquema defensivo y juego a la contra
El de Clough es un equipo riguroso en lo táctico: no concede demasiado en defensa y saca petróleo de sus acciones en ataque, muy a menudo a base de balones largos.
Se convirtieron en la gran revolución del fútbol británico por conseguir, con pocos recursos y aún menos licencias a la galería, codearse con el entonces mejor equipo del mundo.
Llega Trevor Francis
El título de campeón le vale a Clough para convencer a un joven talento como Trevor Francis, que jugaba en el Birmingham City, y unirlo a su proyecto.
Su pase fue el primero en el Reino Unido en alcanzar la cifra de un millón de libras esterlinas, aunque Clough solía decir que habían sido 999,999, para quitar de alguna forma presión a su nuevo jugador.
El futbolista de Plymouth cumple a la perfección en la mediapunta y en el costado derecho del ataque de los Tricky Trees.
Cuando Kevin Keegan deja el Liverpool y se marcha al Hamburgo, Francis se convierte, probablemente, en el jugador más en forma de la liga junto a Kenny Dalglish.
La primera Copa de Europa del Nottingham Forest
En el ejercicio 1978/79, Clough revalida el título en League Cup y está a punto de conseguirlo también en liga, quedando segundo solo por detrás del Pool. Sin embargo, lo más sobresaliente de la temporada llegaría en la disputa de su primera Copa de Europa.
Los caprichos del destino hacen que acaben emparejados en primera ronda con el Liverpool, presente como vigente campeón, al que derrotan por un global de 2 goles a cero.
El resto de los encuadres son benévolos con el Forest, que elimina con solvencia al AEK y al Grasshopper —sorprendente verdugo del Real Madrid— antes de llegar a semifinales.
El Köln está a punto de eliminarlos en semifinales
Allí se encuentran a uno de los rivales más duros: el Colonia. Además de los internacionales Dieter Müller y Toni Schumacher a la cabeza, cuentan con dos jóvenes talentos: Pierre Littbarski y Bernd Schuster.
Los teutones fuerzan un 3-3 en la ida, y son derrotados por la mínima en la vuelta, no sin antes generar muchos problemas al conjunto inglés.
Conseguido el pase a la final, el último escollo de Clough es el Malmö, equipo menos goleado del campeonato. La final se disputa el 30 de Mayo en el Olímpico de Munich ante casi 60.000 almas.
El partido, trabado y defensivo donde los haya, lo resuelve Trevor Francis con un solitario gol en el '45. El Forest es el nuevo rey de Europa, y la menuda ciudad de Nottingham escribe su nombre con letras doradas en la historia del fútbol continental.
Brian Clough consigue mantener su bloque de cara a la siguiente temporada, a excepción de Gemmill, que se marcha al Birmingham City. El club consigue la Supercopa de Europa, aunque el rendimiento se diluye en liga, donde se consigue el 5º puesto.
Pero de nuevo, y ante la sorpresa generalizada, el Forest consigue lo inimaginable en la máxima competición continental. Se deshace fácilmente de Östers, Argeş Piteşti, Dinamo Berlin y un Ajax en plena transición, sin Cruyff ni el resto de sus figuras.
En la final esperaba un rival mucho más complejo: el Hamburger SV, campeón de la RFA y que cuenta con figuras como Felix Magath, Manfred Kaltz o Kevin Keegan, reciente ganador de su segundo Balón de Oro. El planteamiento de Clough y su Forest es el mismo de siempre, y consiguen llevarse de nuevo el gato al agua, derrotando por 1-0 a los teutones en el Bernabéu.
La gesta de Clough al repetir título europeo había estado únicamente al alcance de Real Madrid, Benfica, Inter, Ajax y Bayern Munich, pero alcanzaba otra dimensión en los anales de la historia futbolística, pues nunca antes un equipo de ciudad y palmarés menores se hacía con sendas Copas de Europa consecutivamente.
Llegado 1993, entran en declive tanto el equipo como Brian Clough, que arrastraba un fuerte alcoholismo desde hacía tiempo. El club desciende a segunda y el técnico decide retirarse tras 18 años al frente del club de Nottingham. Dejaba grandes recuerdos en una ciudad que le estará eternamente agradecida por haberla colocado en el mapa de la élite futbolística del continente, a la que nunca más volvió tras aquella época dorada.
Brian Clough falleció en 2004 y en su memoria, el Forest puso su nombre a la grada principal del City's Ground, su estadio. Múltiples homenajes se sucedieron en los años posteriores a su muerte, y fueron construidas estatuas en Derby, Nottingham y su Middlesbrough natal. Además, la carretera que une las dos primeras, pasó a denominarse la Brian Clough's Way. Justos honores para un técnico inigualable en prácticamente todo lo que hizo, tal como él mismo aseguró: "No diría que fui el mejor entrenador, pero estaba dentro del top 1".