Aunque hoy no se comprenda, hubo un tiempo en que los trofeos veraniegos de por aquí eran más prestigiosos —casi— que una final de la Champions o la Libertadores. Fue el caso de la 14ª edición del Teresa Herrera, que trajo a Coruña los mimbres de varios titanes únicos e irrepetibles en la historia del fútbol. El Santos de Pelé y el Botafogo de Garrincha jugaron la final de 1959 en un partido legendario y lleno de goles.
Peixe vs. Estrela Solitária
Apenas un verano atrás, Pelé despuntaba en Suecia levantando la Copa del Mundo con 17 años. Al tiempo, su club de origen, el Santos FC, iba forjando un equipo histórico a su alrededor. Ganaron infinitos torneos paulistas, 5 ligas brasileñas y 2 Libertadores con O Rei al frente, convirtiéndose en uno de los mejores equipos de fútbol que se recuerdan. Junto a Pelé estaban el extremo Pepe, el portero Gilmar o los atacantes Dorval, Paulinho, Waldir y Coutinho.
Pero en Río de Janeiro había otro gigante. Frente a la Praia de Botafogo jugaba cada domingo Mané Garrincha, a Alegría do Povo. El mágico extremo de piernas torcidas inspiró una bossanova al eterno Vinicius de Moraes, al tiempo que convertía al Fogao en el mejor club del Campeonato Carioca. Estaba aún mejor rodeado que Pelé en el Santos. Lo acompañaban el Mago Didí, histórico playmaker por el que suspiraba el Madrid de Di Stéfano, el goleador Quarentinha, el extremo Mário Lobo Zagallo o el majestuoso Nílton Santos, pionero de una larga dinastía de carrileros zurdos ofensivos que vestirían la Verdeamarela. Casi nada.
El partido del año juntó a 7 campeones del mundo
Así pues, ambas escuadras intercambiaron banderines ante un Riazor abarrotado hasta la bandera. Un tal Blanco Pérez arbitraba el cotarro, mientras oficialmente 38.000 almas —más de 40.000 según Pelé— presenciaban un duelo del que posteriormente se hablaría en toda la prensa mundial. Los dos mejores equipos de Latinoamérica y, discutiblemente, del mundo frente a frente.
El partido se recuerda más por la exquisita calidad técnica de los contendientes que por la emoción en el marcador. Tras un primer tiempo inocuo, el Santos se puso tres goles arriba —dos de Pepe y uno de Pelé—. Zagallo acortó en el 70' y de nuevo Pepe puso el definitivo 4 a 1 en el marcador, redondeando uno de los hattrick más recordados de cuantos se vieron en Riazor.
El prestigio del Teresa Herrera
Se dice que Pelé no pudo evitar emocionarse al recoger el enorme trofeo de ganador del XIV Teresa Herrera. No es de extrañar, pues el prestigio de nuestro torneo local era inmenso. De hecho, fue otro Herrera, Helenio, el que no dudó en señalar a la torre plateada cuando le preguntaron en la sala de vitrinas del Madrid cuál era la copa de la que se sentía más orgulloso de haber ganado.
Vituco Leirachá entrevista a Pelé
Entre los periodistas que cubrían el evento aquel 21 de Junio, se encontraba un entonces joven Vituco Leirachá. Otro mito del periodismo local, que tuvo la oportunidad de entrevistar a Edson Arantes do Nascimento, el mejor jugador sobre el planeta, que apenas contaba 18 años y ya era la figura de la selección brasileña, vigente campeona del mundo.
Contaba el astro canarinho que la ciudad le parecía muy chula, con tanto mar alrededor, y que los Jardines de San Carlos le resultaron un lugar realmente enigmático. Que el míster no les dejó comprar helados en La Italiana y que a él no le iba mucho eso de fumar, beber y salir de juerga, como a muchos de sus compañeros. Que él era más de playa, sol y jugar a las cartas.