Todo equipo necesita su argentino, el avión Gauto
Argentina y el fútbol, el fútbol y Argentina es una historia de amor, forma parte de la cultura del pueblo argentino que no ve a este juego como un deporte, si no como algo más, como una religión.
“Un enamorado al deporte”, así describe Juan Gauto el motivo por el cuál llegó a jugar en primera división argentina con Huracán, equipo que llegó con once años.
Nació en Corrientes, en el seno de una familia muy humilde, se crió en Perrito Moreno, Santa Cruz. Este pueblo con 5.000 habitantes fue donde se instaló con su madre, Norma, y sus hermanos después de dejar atrás su lugar de origen por falta de trabajo y una situación precaria. Gauto explicaba recientemente que dormía en el piso con un colchón, comía encima de una caja de manzanas, a su mamá no le importaba comer mate con pan si sus hijos podían comer algo al final del día, en definitiva, una historia dura de superación.
Sus primeros pasos los dio en el club San Lorenzo de Perito Moreno, y no tardó en llamar la atención a otros clubes. Cuando llegó a Buenos Aires, se instaló en su nueva casa, casa que da cobijo a cincuenta mil personas, la cancha del Huracán, sí en el propio estadio de su nuevo club, donde se ubica la pensión de Globo. Allí compartía su día a día entre mates, con treinta compañeros y su perrita Globita, la cuál adopto de la calle y como dijo en alguna entrevista, "me cambió la vida, me ayudó mucho a estar tranquilo, a darme compañía y pasar el día". Juan sirvió como referencia durante su etapa en la pensión a chicos nuevos que llegaban cada temporada, ya que si él pudo llegar a primera... ¿por qué el resto no?
Después del debut en primera en 2022, el "jefecito" Mascherano lo llamó para el mundial sub-20 y, con 19 años este prometedor chico hizo las maletas a Europa camino a Suiza para jugar en el Basel, equipo que llegó a pagar 4.200.000 millones a Huracán. En verano de 2024 llega al Deportivo de La Coruña cedido con opción de compra no obligatoria.