Andrés Guardado (Guadalajara, 1986) anunció su retirada del fútbol profesional a los 38 años. Su trayectoria vistiendo de corto durante 20 temporadas lo postula como leyenda viva en México y Europa, donde siempre fue un activo muy valorado por sus técnicos, clubes y aficiones. Con cinco mundiales a sus espaldas, El Principito es un claro ejemplo de jugador resiliente. Supo adaptarse a los diferentes esquemas de quienes lo entrenaron, reinventándose tácticamente y variando su demarcación en el campo según cuál fuese la necesidad. Su melena rizada y sus carreras por banda izquierda fueron desapareciendo y, al tiempo que iba peinando canas, descubrimos a un regista de primer nivel cuando llegó su madurez profesional.
Inicios en el Atlas de Guadalajara
Guardado debutó en la élite del fútbol mexicano un 20 de agosto frente a Pachuca. Corría el año 2005 y su irrupción en la liga azteca fue sonada. Tardó tres partidos en hacerse imprescindible en el once del Atlas FC, un prominente conjunto de la región de Jalisco, su tierra natal. Allí permanece imborrable su recuerdo entre aficionados y directivos, quienes lo auparon a la categoría de ídolo. A su partida, no dudaron en concederle la máxima distinción destinada a un jugador, la medalla al Mérito Deportivo del Club Atlas.
Una perla con muchos pretendientes
Las buenas actuaciones de Andrés Guardado en el torneo doméstico lo convirtieron en objeto de deseo para varios clubes europeos de primer nivel. Real Madrid, Milan, Roma, Juventus, Villarreal, Osasuna o PSV seguían de cerca la pista del jugador, e hicieron saber a los directivos de Atlas su interés en el joven lateral de 19 años. Cuando todo parecía estar atado para oficializar su desembarco en Eindhoven, el Deportivo se interpuso en la negociación ofreciendo más dinero que el equipo de la Philips.
Andrés Guardado llega al Deportivo
Fueron 7 millones de euros los que tuvo que desembolsar la directiva coruñesa para hacerse con los servicios de uno de los jugadores zurdos con más proyección internacional. Presentado ante 4000 espectadores en Riazor, se convirtió en el fichaje estrella del Deportivo para la temporada 2007/2008 y el sustituto de Capdevila y Fran como referente del equipo en el flanco izquierdo. Llegaba una estrella en ciernes, cuya incorporación ilusionó sobremanera a una ciudad que lo recibía por todo lo alto.
Un proyecto deportivo en caída libre
La clasificación para la Copa UEFA tras la Intertoto de 2008 fue un mero espejismo. Lo que no vislumbraba el joven mexicano era la inevitable tendencia a la baja de su nuevo club. El Deportivo de Miguel Ángel Lotina ejecutaba un salto sin paracaídas que terminó implicando descensos de categoría y la pérdida de status como equipo puntero en Europa. Las retiradas de Mauro Silva y Fran, el calvario de lesiones que atravesó Juan Carlos Valerón y la huída de Joan Capdevila, Tristán, Coloccini, Sergio y Andrade lo convirtieron pronto en uno de los pocos argumentos de un proyecto cuyo vuelo perdía altura temporada tras temporada.
La inevitable marcha de Guardado
Su buen rendimiento vestido de blanquiazul no pasó desapercibida entre los directores deportivos de la liga. Si bien no consiguió explotar como la estrella que prometía ser, los números de Andrés Guardado fueron bastante buenos durante las cinco temporadas que permaneció en la ciudad. La última de ellas tuvo que disputarla en segunda división, al no poder evitar el descenso que también acabó forzando la venta de Filipe Luis, otro de los jugadores franquicia del club. En la categoría de plata llegó a marcar 11 goles y repartir 10 asistencias en un año, y el Valencia se lo llevó aquel mismo verano a coste cero.
Malas experiencias en Valencia y Bayer Leverkusen
A pesar de su haberse consagrado en el fútbol español y encontrarse en una edad inmejorable para triunfar, Guardado registró un desempeño muy discreto con el equipo ché, y en su segunda temporada fue cedido al equipo de la farmacéutica Bayer en la ventana invernal. Sus méritos también fueron pobres en la cuenca del Ruhr, donde jugó apenas 7 partidos Pero la suerte se cruzaría otra vez en su camino al recibir la llamada de un antiguo pretendiente.
Andrés Guardado resurge en la Eredivisie
Durante el verano de 2014 y tras disputar su tercer mundial, Andrés Guardado acepta la oferta del club al que había rechazado en 2008 para venir a Coruña. El PSV confió en su potencial para cubrir un puesto en el mediocampo, donde sería Philip Cocu, otro centrocampista recientemente retirado, el encargado de dirigir al azteca y reconvertirlo tácticamente. El Principito era un lateral zurdo de gran recorrido que había ido adelantando su posición con los años hasta convertirse en extremo. Ahora, su nuevo rol en el club holandés pasaría a ser el de pivote, rindiendo a un gran nivel, ganando dos ligas y convirtiéndose en capitán del equipo.
La llamada de Manuel Pellegrini
Sus tres temporadas en Holanda dejaron huella entre los aficionados y periodistas neerlandeses. Fue nombrado mejor jugador de la Eredivisie 2015 y se le consideraba una de las estrellas del campeonato. Cuando todo parecía ir bien en Eindhoven, Pellegrini llamó a su puerta en el verano de 2017, ofreciéndole firmar por el Real Betis Balompié. Acabó convenciéndolo, y Guardado dejó su vida en los Países Bajos para convertirse en una extensión suya sobre el césped del Villamarín. Así fue, y Andrés terminó siendo uno de los más queridos futbolistas verdiblancos durante las 7 temporadas que permaneció en Sevilla. Además, se despedía ganando una copa; único trofeo que consiguió en España junto al título de campeón de Segunda con el Dépor.
Vuelta a México y despedida con la Tri
En diciembre de 2023, el centrocampista de Jalisco anunciaba su regreso a norteamérica para jugar con el Club León sus últimos 20 partidos como profesional. Atrás dejaba un periplo memorable por el fútbol europeo, sólo comparable a sus logros con la selección nacional. Ganó cuatro Copas de Oro de la CONCACAF y disputó la mareante cifra de cinco Copas Mundiales con la Tricolor. Nunca pasó de los octavos de final, pero Andrés Guardado registró la cifra récord de 181 participaciones internacionales con México, algo al alcance de muy pocos jugadores en la historia.