Como si de un partido del New Team se tratase, me siento cada fin de semana a ver un nuevo encuentro de nuestras dos gemas blanquiazules como si de un capítulo de la famosa serie de Yoichi Takahashi se tratase. El Dépor tiene en sus filas a Oliver Atom y Tom Baker, es una delicia ver cómo tiran del carro cada jornada para sacar a flote un equipo que, sin ellos, sería un serio candidato al descenso una vez más.
El partido frente al Cartagena fue muy parecido al del Albacete, goleada, once titular, proposición de juego... si alguien ajeno al deportivo viese el partido seguramente ni se percatase que la persona que se ha sentado en el banquillo el pasado fin de semana no era Imanol Idiakez si no, Óscar Gilsanz.
El partido discurrió sin grandes sobresaltos. Por un lado en la primera parte se controló la posesión del balón (60%), generando 8 disparos y 4 ocasiones claras de gol. Al descanso el equipo ganaba 0-2 con goles de Yeremay y Ximo Navarro y asistencias de David Mella y Sergio Escudero. En la segunda parte, mismo encuentro salvo durante unos minutos donde el equipo encaja un gol en propia meta que, parecía dar alas al Cartagena para intentar meterse en el partido. Finalmente el encuentro se salda con un 1-5 con el partido roto en el tramo final donde una vez más el hambre de los jóvenes contagia a todo el equipo para acabar marcando más y más goles.
De repente, el viento sopla a favor, o eso parece porque si vemos el partido y analizamos el rival la cosa cambia. Nuestro delanteros volvieron a estar horribles de cara a puerta, fallando lo impensable, especialmente Ivan Barbero, errando dos ocasiones manifiestas y teniendo 4 en total anota empujando el balón a la red prácticamente a puerta vacía. Esta vez, el Cartagena con un nivel más de 1ª RFEF que de 2ª salió cara y, sumamos +3 puntos importantísimos, ante un rival directo por la lucha de la salvación.
El mediocampo sigue sin convencer. Seguimos con el rompecabezas que dejó Idiakez sin resolver y que quizá no tenga solución hasta la vuelta del lesionado Mfulu, la apuesta por Patiño o el mercado de invierno. Lucas está desdibujado, no anda fino y Mario Soriano tan retrasado pierde presencia, no ayuda tanto a la generación de últimos pases y defensivamente... no es un MCD como Villares.
Veremos qué pasa en los días venideros con el trío Calatrava al mando de la nave blanquiazul, ¿apostarán por la continuidad del ahora técnico interino Óscar Gilsanz o bien traerán un técnico de la lista interminable de nombres que han salido y salen a la palestra día tras día? El circo de Fernando Soriano continúa...
Esperemos que nuestros dos magos del balón se queden con nosotros mucho tiempo y nos devuelvan a nuestros días de gloria porque, si es por Fernando Soriano y Massimo Benassi... podemos esperar sentados.
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