El punto conseguido ayer en Butarque deja un sabor agridulce al paladar de los deportivistas. La caraja inicial y un pobre planteamiento táctico dejaron pronto el marcador desfavorable a los pupilos de Antonio Hidalgo. La fe grupal y el acierto en los cambios permitieron, no obstante, arrancar un empate que parecía poco probable a veinte minutos del final.
El buen hacer del recién llegado Samuele Mulattieri fue determinante, ya que acortó distancias en el ’72 y provocó el penalti que acabó transformando Yeremay casi sobre la bocina. Un buen comienzo para el punta italiano, que ha dejado claras sus intenciones de arrebatar la titularidad a Eddahchouri esta temporada.
El ‘jaque pastor’ de Paco López
El arranque del partido difícilmente pudo ser peor para el Deportivo, ya que Miguel de la Fuente tardó apenas 16 segundos en perforar la meta de Parreño. Una siesta inexplicable de la defensa blanquiazul permitió a Duk aprovechar oportunamente la coyuntura y generar un disparo cuyo rechace pudo enviar al fondo de la red su compañero de ataque.
Esta repentina inferioridad en el marcador espoleó a los de Hidalgo. Varias ocasiones fueron sucediéndose sin que Yeremay, Escudero y Zaka pudiesen hacer el tan deseado empate. Luego, el equipo blanquiazul fue difuminándose poco a poco, y esa iniciativa con el balón pasó a ser de los locales. Tanto fue así que de nuevo Duk terminó por sorprender una segunda vez a Parreño, fusilando al lateral de la red su propia jugada para establecer el 2 a 0 con el que se llegó al descanso.
Dominio del Leganés en Butarque
Tras volver de la caseta, la dinámica del partido continuó siendo la misma. El Leganés hizo valer su condición de recién descendido y se mostró superior en planteamiento táctico, posesión y sensación de peligro. Cada balón dividido, cada rechace, cada uno contra uno era ganado por los jugadores pepineros ante la impotencia del combinado herculino. Una superioridad que se mostró sólida hasta el minuto 72 de partido. Ahí comenzó el arreón de un Dépor que tiró de fe y nunca perdió la cara al encuentro.
En el once de inicio estaban varias de las nuevas incorporaciones coruñesas. Loureiro, Comas y Gragera fueron de la partida, mientras que un inspirado triple cambio en el descanso dio entrada a Ximo, Stoichkov (sic) y Mulattieri. Estos dos últimos jugaban sus primeros minutos de blanquiazul, siendo de gran aporte para el equipo, especialmente en el caso de Samuele.
Cambios que cambian cosas
Si Mulattieri acabó revelándose como el anhelado revulsivo que necesitaba el encuentro, los otros 4 jugadores que también entraron como relevo estuvieron bien. Stoichkov lo intentó, aunque sin demasiado acierto. Ximo Navarro y Charlie Patiño se mostraron sólidos y aportaron. Luismi Cruz, hoy suplente, demostró que tiene buen criterio en la toma de decisiones y estuvo muy acertado en los minutos de que dispuso.
Samuele Mulattieri da el empate al Deportivo
Muy poco ha tardado el italiano en demostar por qué está aquí. Llegó al final de este mercado estival cedido del Sassuolo, y pronto ha sido capaz de mostrarse imprescindible en esta plantilla. En apenas 50 minutos pudo mejorar con creces lo que había hecho Eddahchouri hasta el descanso. Marcó un tanto de nueve puro cuando ya nadie esperaba la reacción del Deportivo. Tras prolongación de Yeremay, Mella la puso con rosca y Mulattieri cabeceó a contrapié cuando quedaban veinte minutos.
Suyo es el mérito también de haber forzado un penalti riguroso en el minuto 87, el cual permitió al jugador franquicia del club, Yeremay Hernández, hacer su primer chicharro con gran temple y tranquilidad desde los once metros. Una vez conseguido el empate, se defendió con uñas y dientes hasta que pitó el árbitro. Un punto que se daba por perdido teniendo en cuenta lo visto hasta el momento, pero que simboliza la capacidad de reacción de un Deportivo que aspira a codearse con otros candidatos al ascenso. Cinco puntos de nueve posibles serán buen bagaje, siempre que los haga mejores una victoria ante el Sporting este próximo jueves en Riazor.